La sonrisa de María José se escuchaba desde lejos, era
inconfundible.
Tenia una sonrisa contagiosa, sus amigos muchas veces
se ruborizaban cuando estando cerca ella, estimulada por algún chiste comenzaba ha sonreír- Mariaaaaa despacio que te van a
escuchar todos los vecinos, solía decirle Magdalena; ella era
un poco más tímida y le causaba pánico llamar la atención de los demás,
en cambio María era más liberal, le importaba poco la opinión de las
otras personas y menos si la criticaban por sonreír-Ellos porque no son
felices murmuraba, por eso molesta alguien que es algo más demostrativa…Ni te
digo si llegaran a escucharme cuando hago el amor, se escandalizarían.
A veces no se como tu novio Pedro, que es tan serio
esta contigo María, se debe sentir un idiota cuando largas la carcajada-
jajajajaj no sea tonta Magdalena, el se la banca bien porque me ama-menciono
la mujer, que a pesar de estar cerca de los cincuenta años parecía una
adolescente.
Quizás Pedro sabia que la sonrisa de su novia en el
fondo ocultaba el dolor interno de una vida demasiado difícil; nunca
es fácil cuando sos madre soltera y tenes que ponerle a la sociedad la
mejor cara,
Aunque internamente cargas la cruz de hacerte cargo
casi en soledad y sin apoyo emocional de tu vida y de la de tus propios hijos,
que solo conocen el amor, de madre.
Autor
Omar Salgado
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por escribirnos