Cuando somos demasiado ingenuos

Ser ingenuos y demasiado buenos forma parte un poco de la inocencia humana que aún permanece en nuestro fuero íntimo; el problema que esta sociedad está cada vez más falta de moral y de ética; hoy día faltar a la palabra en muchas personas es algo casi natural y no les pesa en lo más mínimo no cumplir con su compromiso en el tiempo o en el momento que corresponde; es de esta manera como le fallamos al que nos invitó algún lugar y al cual le prometimos concurrir, no nos pesa demasiado no terminar un trabajo en el tiempo acordado, ni cambiar de postura ante un tema económico si es que así obtenemos algún beneficio.

O cambiar de postura política ideológica si resulta conveniente a nuestras ambiciones personales.

Esta decadencia de va acentuando y es entonces que nos preguntamos, si nosotros los mayores damos estos ejemplos a los jóvenes que ven y a veces hasta padecen nuestros incumplientos que podremos reclamarles si luego ellos hacen lo mismo.

Tendremos futuro como humanidad si los pocos ingenuos que aún confían en la gente un día se cansan y perdida toda esperanza todo termina siendo permisible.

Es de esperar que mente lúcidas, docentes brillantes, Pastores iluminados por el espíritu Santo puedan cambiar el rumbo a esta humanidad, que de esta manera va al Apocalipsis del ser humano.

Néstor Salgado

Consejero Cristiano