De mendigo a millonario

Alejandro Sandoval se había casado muy joven, él era un agricultor, que se había quedado a cargo de la chacra de sus padres cuando ellos fallecieron; el campo no superaban las cien hectáreas, su hermana dependía económicamente de Sandoval y vivía también en la chacra.

Ambos trabajaban en forma cooperativa él se encargaba de arar y sembrar el campo de ordeñar las vacas y su hermana Susana hacía un queso y una manteca formidable que vendían en el pueblo.

Todo parecía marchar de maravillas hasta que un día Alejandro en un baile del club rural se enamoró de Margarita Ledezma; la más joven de las hermanas Ledesma era una mujer ambiciosa y algo egocéntrica; quienes no la querían demasiado murmuraban por lo bajo diciendo que era tan soberbia que seguramente el pobre Alejandro iba a arrepentirse si llegaba a formalizar con esta dama.

pareciera ser que a veces el destino nos quiere complicar un poco la existencia y así fue.

El joven hombre de campo al poco tiempo de conocerse con Margarita aceptó la propuesta de la joven de contraer matrimonio.

Es que no puedo vivir sin ti le decía cada vez que se encontraban, cuando él venía a traer la leche a la fábrica de quesos y ella le salía al cruce desde su casa; como todo hombre de campo también está ansioso de formar una familia de tener hijos y de criarlos a su modo; Por lo cual terminó aceptando la propuesta y a los pocos meses se casaron en la iglesia del paraje donde vivían.

Al poco tiempo comenzaron las discusiones cuando su mujer le pidió que por favor le alquilara una casa en el pueblo a su hermana Susana para que se marchara, diciendo que no se llevaban del todo bien que para conservar feliz al matrimonio y buscar su primer hijo deseaba estar sola.

Qué hacer se preguntaba Alejandro una y otra vez, no se animaba a decirle a su propia hermana de la posibilidad de irse a vivir al pueblo.

Además aún le seguía necesitando porque era una verdadera colaboradora en el hogar, y en los emprendimientos que trabajaban juntos, donde los quesos y la mantecas juntos con otros productos de la leche que elaboraban, como crema, eran muy solicitados.

Pero sobre todas las cosas tenían una excelente relación entre ellos aunque él sabía muy bien que con su esposa no se llevaba bien.

En un principio trató de convencer a Susana de la conveniencia de irse a vivir al pueblo y venir todos los días a trabajar al campo, y luego de no convencerla terminó echándola de la casa.

Un día cargó todos los muebles de la joven en un carro, y la llevó al pueblo donde ya había alquilado una casa para ella.

No quiero que vuelvas por un tiempo al campo le dijo casi entre lágrimas Alejandro doliéndole en el alma la decisión que estaba tomando.

Pero estaba entre la espada en la pared aunque, se sabía un dominado.

Luego partió despacio rumbo al campo y ese camino le pareció eterno, nunca le había costado tanto en la vida tomar una decisión.

Cuando llegó a la chacra abrazó a su esposa, y luego de una breve charla le pidió la hermosa oportunidad de brindarle un hijo.

Esperaremos un poco le dijo Margarita, primero me gustaría que esta chacra creciera, que compraras más campo, qué pasaras de ser mendigo a millonario y luego sí buscáramos nuestro primer hijo.

Fin